18 julio 2012

Inspiración...

Me tarde más de lo que creía en empezar este blog.

Hace varios meses que buscaba la inspiración dentro de mi, en los cajones de mi cuarto, en una parada de autobús y no llegaba. Le llamé por teléfono, le escribí cartas pero decidió no atender a ninguna de estas opciones.

Salí a buscarla en la calle, en el rostro de las personas, en los árboles y las estrellas pero tampoco se apareció. ¿Decidió irse de vacaciones? No. Solo no tenía ganas de hablar conmigo.

Hoy que por fin llego me dijo que no había querido estar conmigo porque solo he dedicado mi tiempo a cosas superficiales: que vestido quieres, que zapatos te compraste, que nuevo gadget vas a comprar. "Todas esas cosas que se pierden y se rompen, que no vale la pena tener pero que queremos tener es lo único que has estado buscando" me reprochó con un tono altivo y un poco cansado. 

Pregunté entonces ¿que es lo que necesitas para quedarte? - Respondió: que sigas creyendo en ti. 

Tenia razón. He pensado en muchas cosas menos en mi y he dejado de creer. La rutina hace que uno haga las cosas en automático, como zombie y no te das cuenta que lo que haces de forma mecánica no es hacer las cosas ni bien ni mal, simplemente hacerlas. Cuando algo se sale del molde y suena la alarma, es cuando te das cuenta de que estabas haciendo las cosas sin sentirlas, sin vivirlas, sin disfrutarlas. Eso es lo que me estaba pasando.

Después de varios meses de ser un robot me di cuenta que he perdido un poco el gusto por lo que hago. No busco aprender con la misma emoción que hace un tiempo. Esa sensación de felicidad cuando leía un artículo sobre un tema que me interesaba y entenderlo era como encontrar oro en una mina, el problema es que ya los leía por tener que saberlo, no por querer saberlo. Las palabras simplemente se quedan grabadas en mi memoria. La motivación esta perdida en algún lugar que no logro encontrar.

Hace meses que no leo un libro y no se porque, si me encantan leer. No siento esa emoción al pasar las páginas y el pobre me mira con rencor desde la repisa que le puse en mi cuarto como casa para que esté mas comodo. Lo único que hice fue poner un pedazo de madera en la pared para no tenerlos encima y tener que leerlos, o al menos eso parece. Siempre que leo encuentro una historia más que vivir pero ahora no tengo ganas, ¿que esta pasando?

Una semana llevan ya apretandome el botón de alarma, que resuena en mis oídos como un maldito zumbido que no puedo apagar y no me deja escuchar mis propias ideas ¿Por que cuando crees que estas haciendo mejor las cosas es cuando menos las estas haciendo bien? Simplemente porque dejas de creer en ti.

Gran parte de esto, es que una parte de mi se siente sola y necesita encontrar ese algo que brille y que vuelva a hacer que crea en mi. Esas ganas de parar el tiempo y leer un libro. De ver más allá de lo que ven mis ojos y sentir más de lo que puede llegar a sentir mi corazón. Salir de la rutina. Eso es todo.

Hoy que llegue a casa, mi inspiración me esperaba sentada en la orilla de mi cama. Me miraba con esperanza y me dijo - Bienvenida ardilla, bienvenida -.

Así es como regreso a mi pedacito de historias. Con una ilusión llamada Nueva York que esta despertando en mi ese anhelo de re-inventarme y de hacer grandes cosas. Parece que no, pero la alegría de un cambio aunque sea corto es lo que hace que nos re-inventemos y regresemos frescos, con nuevas ideas y nuevos anhelos. Descansar, es lo único que necesito. 

Que disfruten de sus vacaciones, yo en un mes empiezo las mías.

Con amor,

Jimena