Desperté, desperté, no era una pesadilla, sigue estando el abismo, sigo estando en la orilla...
Asi como dice la canción de Leonel han pasado los ultimos tres días de mi vida. No he podido consiliar ese tan deseado sueño, que repone el alma y calma las ancias y las necedades. No he podido sacar de mi cabeza todas esas voces que me gritan al unisono. Necesito tener paz.
Hoy podria ser el día en que pueda descansar. Siento su lejanía seca en la piel y su aliento cada vez mas distante. Tengo todos los recuerdos y todo mi amor guardado en un cajón de mi recamara, porque soy tan cobarde que no puedo tenerlas a la vista porque se me clavan como navajas en el pecho y me roban el aliento. Su olor se quedó impregnado en todo aquello que toco, hasta parece broma del destino que ahora que necesito no ser tan sensorial, lo respiro a la vuelta de cada esquina.
Como no sentir todo esto? Como explicarle al corazón que el amor de su vida no está y no estará por ahora o por siempre... como entender que no estarás a mi lado y no podré disfrutar de ese abrazo que hasta este momento me hace temblar. No es masoquizmo, no hago que esto duela más por quererlo así, simplemente trato de sacar todo lo que tengo dentro para hacer mas ligera la carga de extrañarte tanto.
Nunca podré odiarte, nunca podré si quiera pensar en hacerlo... ha sido todo tan rapido que no he podido digerirlo y de verdad duele, como el mismo demonio. Siempre serás lo que necesito en mi vida, esa sonrisa calida, ese niño mimado, introvertido que poco a poco se fue asomando y fue entendiendo que la vida son mas que palabras, que debe creer que merece las cosas, asi como yo merecia mas de ti. Aqui voy a estar por si quieres regresar, las condiciones del clima las desconozco pero las coordenadas no se borran, solo no pidas a mi corazón ser irracional y amigable unicamente, no puedo educarlo a no amarte como ya lo hace.
Desde este lado de la historia, siempre voy pensar en ti, siempre voy a amarte y siempre voy a desearte lo mejor. Gracias por inventar conmigo un breve cuento de hadas... no siempre tienen un final feliz pero se que esta vez el conejo no saldrá del sombrero. Esta historia no ha terminado aquí.
Te amo, te amo con cada hueso, cada fibra y cada aliento que me quedan...
Ahora si cabecita, a emprender otras ideas, a buscar otros problemas y solucionar los que debes en el divan que te espera a partir de hoy... El corazón no tiene remedios tan simples.
Jimena