26 febrero 2012



Como es que no te digo que Te Quiero más seguido.

Por la mañana te veo sonreírme y decirme buenos días. Ese tono de voz tan característico tuyo con el que me das la bienvenida a una nueva oportunidad para hacer tantas cosas. Tomas tu café con la paciencia para disfrutarlo pero con la prisa de no llegar tarde a trabajar y dejas la taza a medio paso. Te veo desaparecer por el pasillo y el sonido de la puerta me dice que ya se me hizo tarde.

Me levanto y alcanzo a oler tu perfume y el café que acabas de prepararte. Perdí este momento para decirte "Te Quiero" y pienso, lo diré más tarde.

Me apresuro y me preparo para salir de casa, irme a trabajar y cumplir con un día más. Tu ya estas trabajando, desde muy temprano y con un jefe que deja mucho que desear. Haces lo posible por llevar tu día como mejor puedes y yo, sigo pensando en que hay mil y un cosas mas importantes en lugar de llamarte y solo decirte lo mucho que te quiero. En vez de eso busco una canción que me alegre el trayecto en coche hasta la oficina. Me pongo a seguir el ritmo de la música con mis dedos en el volante y me olvido una vez más de "pequeñeces".

Así transcurre el día, saludando a mis compañeros de trabajo y amigos, entre llamadas, correos interminables, videos, mensajes, mas llamadas, y muchas reuniones. Me preparo un café que no sabe a lo que sabe el que preparas tu y vuelvo a pensar en lo mucho que te quiero y lo poco que lo digo. Horas, minutos, segundos que transcurren en cosas "más importantes". 

Llega la noche, y durante todo el día hice muchas más cosas de las que debía hacer y me invente otras más. Además del trabajo, hay días en que tomo clase de baile, esa que hace que me de más seguridad ante un espejo y me siento que soy otra persona por un momento. Cenas con amigos, películas, pláticas... Y sigo sin tomar ese aparato que se inventó para llamar desde donde sea que este y decirte cuanto te quiero.

Regreso a casa, algunas veces estas despierta esperando a que cene contigo, ver la tele o cruzar un par de palabras porque rara es la vez que no esté pegada al teléfono respondiendo mails o contestando mensajes. Me vuelves a sonreír y me dices "buenas noches" pidiéndome que me duerma porque duermo poco y trabajo mucho. Me platicas sobre tu día y en pocos minutos te quedas dormida porque estas muy cansada de trabajar tanto. Te apago la luz y te digo "buenas noches" y una vez más no te dije cuanto te quiero, pensando en que ya lo sabes y que tal vez no es necesario que lo tenga que decir. Algunas veces ya estas dormida y ya no te despierto. Me pongo la pijama y me voy a dormir también.

Así es como pasan los días, no decimos TE QUIERO lo suficiente y no sabemos lo que vaya a suceder a la mañana siguiente. Damos por sentado tantas cosas y esperamos muy poco de los demás. Pero los demás no son "los demás", son nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo que también son nuestros amigos. Nuestra pareja. Preferimos no decirlo pensando en que seguramente ya lo saben y nos quedamos seguramente con un "y si hubiera".

Se que sabes que te quiero, y no es una obligación decirlo pero tampoco debería ser una costumbre no decirlo. A veces creemos que solo por estar con alguien o por ser familia no debemos decir muchas cosas pero deberíamos decirlo más seguido. 

No porque plantes un árbol no debes cuidar que crezca. Debes regarlo, cuidar la tierra y darle luz. Así es también la vida y así es también como debemos decirle a los demás cuanto los queremos. Tal vez mañana ya sea muy tarde.

Te quiero. Que palabra tan sencilla y tan fuerte a la vez. 

Te quiero con toda el alma, aunque no lo digo porque soy una mensa. Te quiero, y no lo digo porque no lo sienta, no lo digo porque no me acostumbro a decirlo.

Te quiero decir que te quiero. Si. Y quiero que lo sepas siempre. 

Jimena

1 comentario:

Unknown dijo...

Hace 8 minutos descubrí tu blog, y al ver esta publicación y notar que fue el día en que cumplo años, imaginaras la sonrisa que pintaste en mi rostro!
Simplemente gracias.
No dejes de escribir por favor.
Abrazo!!!