Para ti mi México, que me regalaste mi increíble infancia, llena de juegos en la calle con mis amigos, tardes interminables en el parque con mis compañeros de karate. Escondidillas con mis cuates de la escuela y atardeceres llenos de colores y sabor a raspado y chicharrón de carrito.
Hoy te escribo este mensaje desde un escritorio en San Ángel un 20 de Noviembre. Un día en el que en lugar de celebrar estoy de luto en mi ropa y en mi corazón. Me duele estar aquí sentada y no estar en la calle con mis amigos, conocidos y familia, peleando por ti. ¿Sabes por qué me quede aquí? Porque gracias a Dios tengo un trabajo, un sueldo que ganar y muchos sueños que cumplir, pero sobre todo, porque ese México que tu eras ya no está.
Veo en la calle gente sin rostro y sin motivos. Veo solo enojo, impulsado por partidos políticos, intereses económicos y por ideas erráticas. Veo gente sin conocimiento, haciendo ruido y bulla, lastimando, robando, destrozando patrimonios y destrozando a mi ciudad que tanto amo.
No veo dolor, no veo realmente el cansancio de todos. Hay mucha provocación y pocas voces sinceras, honestas. El fregar al de al lado parece ser el motivo principal de un movimiento desvirtuado por demonios escondidos vestidos de nosotros, tu pueblo, tus civiles. Yo no conozco a ese México que lo único que hace es quejarse pero no hacen nada por querer cambiar.
Yo no soy ese México, que quema puertas, que raya paredes y que levanta muros improvisados. Yo soy quien genera un cambio poniendo el ejemplo: no tirando basura, no viéndole la cara a los demás, no robando, no tirándole el coche al que quiere pasar o rebasando al que pone la direccional. No soy quien se sube a un elevador y no sabe ni decir "buenos días". Esa que va a la escuela y no entra a clases, pero quiere un sistema educativo de primer nivel. Quien da mordidas a los policías solo para salir del problema. La que comete un delito y soborna a la ley para no pagar sus culpas. ¿Quiénes son todos esos Mexicanos? La mayoría de los que dicen estar cansados, fomentando todo este problema. Yo no soy esa clase de mexicana.
Hoy estoy viendo a todos esos hermanos caminar por tus calles y yo no puedo estar ahí. Me duele que me digan que no estoy de tu lado, cuando lo estoy más que nunca, pero salir me aterra.
Que feo que nosotros mismos nos provoquemos ese miedo ¿no crees?. Tu no nos enseñaste eso, al menos a mi no. Me enseñaste a crecer contigo creyendo que en esta tierra podia cumplir mis sueños y compartirlos con los demás. Ahora tengo que cuidarme de los gandallas, de los rateros y de los que prometen mucho y cumplen poco; de todos los que se enojan todos los días por simple hecho de tener que vivir aquí. Si están tan cansados, ¿por qué no hacen algo por cambiar?, ¿por qué no tratan de cambiar ellos para poder cambiarte a ti?. Es como querer tener una casa limpia pero no pasar una escoba, un trapo o un plumero por ella, y vivir enojado con el hecho de que permanezca sucia.
Me duele que nuestro gobierno sea como es. No se quien esta peor, si nosotros por quejarnos y no hacer nada o ellos por no decir nada y hacer mucho. Si, me duele que nosotros somos quienes hemos puesto a los culpables al poder, y en vez de denunciarlos, se volvieran algunos como ellos por ganarse unos pesos más y robarle a su pueblo. Tanto peca el que agarra la pata como el que mata a la vaca, dicen por ahí.
Hoy en las calles hay una protesta de lo que sentimos LA MAYORÍA, pero el derecho de todos ellos por manifestarse es el mismo derecho que tengo yo de poder pasar una caseta sin que sea secuestrada por gente que pide cuotas "voluntarias" y te obliguen a pagar; llegar a mi casa sin pasar 3 horas en el tránsito y no poder quejarme porque "están en su derecho"; tratar de entrar a una tienda que tienen rodeada solo porque consumir productos de cierto origen es ir en contra de la patria, entre otras cosas.
Dar una opinión en una red social los hace ser ciudadanos versión beta, porque están a modo prueba en esto de las redes sociales. Las usamos para todo menos para lo que debemos. Esa valentía que te da el anonimato sale baratísima!.
Yo no soy esa mexicana que cree que indignarse por una puerta es estar en contra de su país. Me indigna que crean que una puerta no significa nada, que es la educación que tenemos como mexicanos ante el mundo y que eso sea un símbolo de discordia. Si, fue nuestro mismo gobierno quien lo hizo y eso me avergüenza mas que cualquier otra cosa, pero está peor que me juzguen por decir que eso no lo haría yo. Yo no juzgo a quienes no están de acuerdo conmigo, no estoy en contra de ti mi México, estoy más que nunca contigo, tratando de ser alguien mejor para mi, para mi familia, quienes comparten conmigo tu suelo, tu agua, tu cielo y tu sol.
Yo ya me cansé de vivir en un México que se cree mediocre. Que cree que no podemos hacer nada porque no somos nadie y somos muchos los que ya nos cansamos. Que no son 43 los que motivaron esta nueva energía de cambiar este país, si no miles que han muerto por querer abrir la boca y salir a la calle sin miedo. Ya me cansé que me quieran enseñar a ser mala cuando tu enseñaste a mi familia a ser buena. Que el hambre de unos sea la riqueza del otro y que meternos el pie entre mexicanos parezca un deporte. Me cansé de verle la cara de hostilidad a todos y a todo, porque nadie sabe sonreír. Porque el PRI, el PAN o el PRD no son la identidad de mi ni de mi México, el partido político no es el problema, el problema es su gente y todos parecen ser la misma porquería porque a todos los estas educando de la misma manera últimamente. Si tienes dinero, eres alguien, si no lo tienes, ni intentes tratar de obtenerlo porque se te va a ir la vida en ello, literalmente.
No me digas mexicano que quieres un cambio y salgas a romper vidrios y puertas. No me digas que estas cansado y sales a asaltar gente y a robar porque "es lo que hay", "así somos", "por la supervivencia del más fuerte". No vivimos en una jungla carajo, vivimos en una sociedad con reglas y leyes. Ayudar a los demás es más problema que joderlo, así de simple.
¿Sabes para que existen las leyes? Para tener un control de todo esto que se te está saliendo de las manos, pero parece que tus leyes son las que a algunos les conviene y no las que tu pueblo necesita. Me dueles México, me duele no poder soñar como cuando tenía 13 años: pensar en tener un patrimonio en tu tierra es un negocio para todos menos para mi, tus intereses me quitan más que el sueño. Formar una familia contigo me da terror y ni hablar de la explotación de tu tierra, de tus recursos... Que feo.
Hoy estoy aquí, sentada viendo como algunos mexicanos como yo levantan la voz por ti. Yo lo hago desde donde puedo y como puedo. No me juzgues mi México, es lo que puedo hacer, tratando de dar mi ejemplo siendo una mejor persona, por y para ti. Para tener un futuro y crear uno para la familia que deseo tener.
No te rindas, es lo único que te pido. No dejes que te vuelvan malo, que te hagan como ellos quieren. Tu sabes lo que vales y lo que tienes. Ayúdanos a deshacernos de los que no quieren verte prospero y feliz, los que nos están estancando, robando y lastimando. Quiero ser feliz contigo mi México.
Jimena
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