Y llegó el día.
No puedo creer que esté escribiendo esta entrada en este preciso blog, y no lo puedo creer no porque sea una incrédula, simplemente porque si me hubieran dicho hace 5 años que pronto estaría escribiendo este título me hubiera reído.
No es noticia que yo no creía en el amor. Nunca he sido una "niña" como standard de la sociedad a pesar de que puedo ser lo más cursi que se puedan imaginar. Siempre pensé que esos momentos de vestido blanco, caminar con la marcha nupcial y un primer baile con el amor de tu vida estaría completamente fuera de mi alcance. No, no vivía deprimida ni era fatalista, pero era mejor pensar en lo que podía aspirar siendo yo y no hacerme cuentos chinos en la cabeza.
Cuando eres pequeña, o pequeño según sea el caso, aprendes que el amor puede ser incondicional si tienes un mejor amigo, un perro, un juguete favorito, etc. Poco a poco te das cuenta que puedes vivir sin ello porque el perro se muere, el amigo se cambia de escuela o el juguete se pierde o se hace viejo, y te enamoras de algo más. Pero aún así, no sabemos la diferencia entre el momento y lo eterno, para ti todo es "para siempre" así sean 5 minutos y es el mejor amor que vas a sentir en tu vida. Si dejas de tenerlo te duele hasta el alma, pero llega algo que lo reemplace y automáticamente vuelves a amarlo (a). Conforme vas creciendo, empiezas a conocer la diferencia, aprendes de la desilusión, del desapego, de la carencia y conoces lo que es extrañar, a sentirte solo, olvidado, alejado de lo que te gusta y de lo que tanto amabas.
En esa etapa crees que es mejor no amar. Ese primer novio que tal vez te desilusionó porque te cambió por tu mejor amiga (me pasó, por eso lo sé), o esa amiga que te dejó de hablar porque creciste y ya no podían verse y entonces.. la vida sigue. Conoces a otras y otros amigos, te enamoras juvenilmente de otras personas. Y entonces, llega esa persona que te hace conocer lo que es estar enamorado (a) y ¡PUM! te rompe el corazón y prometes no volverlo a hacer; pero tu corazón es un ingenuo y después de unos chupes y unos años, se vuelve a enamorar. Y otra vez! esa montaña rusa de emociones, todo desde el comienzo. Y ¡PUM!, ¡otra vez!. A algunos nos ha tocado más que a otros y a otros menos que a todos los demás, pero nos ha pasado de alguna forma. Nos hemos hecho ariscos (como la mula del dicho) pero seguimos sin aprender, o al menos nuestro corazón no quiere hacerlo. Y por más que te digas a ti mismo "eso no" lo deseas desde muy dentro de ti.
Pasa el tiempo, donde según tu no te vas a enamorar, ¡no señor! ni mucho menos te piensas casar. ¡JA! ¡eso es para niñas! (pero tu eres una niña, una muy cursi, por cierto). Te dices a ti misma una y mil veces que no es para ti, que si a caso te piensas ir a vivir con esa persona especial si es que aparece algún día y que pensarás en formar una familia, o mejor no porque tener hijos en este mundo de caos es una tragedia y mil mentiras más que te inventas en voz alta. Amigos que se separan, familias en pleitos terribles, algunas por dinero u otras por no tenerlo, puestas de cuerno, monotonía... todos son iguales y tú, tú no quieres nada de eso. En pleno siglo XXI el matrimonio es una ilusión de lo que era estar enamorado en mejores tiempos. Por todo lados hay anuncios de divorcios express, personas que se casan pensando en que si no funciona, siempre tienen la opción de separarse y pensar así desde el principio es no querer dar lo mejor de ti, lo siento pero es un chiste mal contado. Así, ¿cómo es que te van a querer dar ganas de querer hacerlo?. Todo es efímero, ya nada tiene el valor que solía tenerlo o al menos ya no se lo damos.
Un buen día, en el lugar menos pensado, en el momento menos imaginado, conoces a LA persona de tus sueños. Se van a reír, pero cuando lo vi, pensé "me voy a casar con él". -¿Pero cómo Jimena!, si tu no te quieres casar? - Ah! pero uno puede cambiar de opinión - ¡No!, de ninguna manera, nos va a hacer pedacitos otra vez! - No, él es diferente - (yo hablando conmigo misma mientras lo veía pasar. Qué intensa, si ni si quiera le había dicho hola). Historia larga, mejor resumida: Lo conocí y nos enamoramos.
Durante nuestra relación, nunca deje de pensar que me quería casar con él. Es algo que te dice la vida, cuando estas con la persona correcta. No se lo que sea, pero pienso que es como ir armando un rompecabezas, las piezas pueden estar todas revueltas en la caja, pero sabes que al final todas tienen un destino, un orden perfecto. Conocer a la persona de tu vida debe ser así, debe fluir, debe funcionar como un rompecabezas. Puede que tenga cien o mil piezas, pero sabes que va a quedar perfecto y así es como debe sentirse el amor. Cuanto tardes en hacerlo, bueno, eso ya depende de cada quien. Hay quienes podrán estar toda la vida armándolo o desarmándolo, al final, siguen siendo parte el uno del otro, como una pieza.
Con Rodrigo siempre ha sido perfecto dentro de lo imperfecto que somos como seres humanos. Suena a cuento de hadas pero no hay un solo día que no me despierte pensando en lo afortunada que soy por despertar a su lado. Me pongo nerviosa cada vez que voy camino a casa pensando en que lo voy a ver. Cuando me llama, me sudan las manos y se me corta la voz. Soy como esa primera vez, esa sonrisa de oreja a oreja cuando lo conocí y de cuando me invitó a salir por primera vez y del primer beso. El pensar en casarme con él fue natural, tanto que lo pensé antes de andar con él, ya se imaginan mi intensidad jajaja!
Cuando hablamos de casarnos siempre hubo un "después" como respuesta. Sabíamos en el fondo que iba a pasar tarde o temprano, pero estar lejos el uno del otro un tiempo nos hizo darnos cuenta que nunca estas realmente listo para dar ese paso y que, no importa lo que pueda significar como término en general, es algo que es muy de quien lo vive. Un buen día hablamos de nuevo del tema y ese "después" se convirtió en un "Si" que me dejo helada. ¿Me le propuse a mi novio? - Si - ¿te dijo que si? - Si - ¿Se van a casar? - Si - ¿Un 18 de Junio? - Si.
Si, si, si. Con fecha y todo. Piensas: falta un año, tienes tiempo. Haces tu tablero de Pinterest, porque eso es lo que hacemos las novias en el siglo XXI, compras una que otra revista, pero le eres fiel a tu tablero. También buscas en Instagram, y en Facebook, obviamente, pero sigues siendo fiel a tu tablero, donde pones todo lo que te gustaría tener y sueñas con poder pagarlo. Te ríes de los memes que dicen "ojalá me alcance la mi boda de mis sueños... de Pinterest" y sigues llenándolo con ideas para la decoración, para el maquillaje, el peinado... Y de pronto, eres esa niña que soñaba con casar a su barbie con su osito de peluche, con bailar LA canción como en la Bella y La Bestia y darte el primer beso de amor verdadero con Jazmín con Aladino en la alfombra mágica (les dije que era hiper cursi). 6 meses después por fin empiezas a organizar todo o tratar de volverlo realidad.
Hablamos de no tener un anillo de compromiso, porque ese dinero preferiamos usarlo en nuestra boda de ensueño, pero como toda mujer cursi lo quisieras tener. Tengo que agradecerle que me hizo mi sueño realidad, por regalarme uno de los mejores momentos de mi vida. No sabía realmente que significaba todo ese momento de "¿te quieres casar conmigo?" hasta que lo vives en carne propia. Tu, pensando en la inmortalidad del cangrejo, él sin poder respirar de los nervios. Sorpresa, emoción, lágrimas. Te sientes una princesa enfrente de su principe de cuento. Ojo, ya estábamos planeando una boda, ya sabíamos que estaríamos juntos y aun así fue especial.
Nueve proveedores mas tarde, horas interminables de llamadas de organización porque decidiste hacerlo todo sola con él nada más desde el principio, que un crédito para pagar esto, que paga con este otro crédito aquello, veinte mil trámites de la iglesia, que te confirme el Cardenal en la Catedral porque se puede y porque de peque no lo hicieron tus papás, organiza la boda civil antes de la religiosa, busca el vestido de tus sueños, busca el traje de sus sueños, el moño que quiere porque tiene que ser esa marca y ese color y ese modelo y... y... 6 meses que se sienten 6 horas donde al final, todo lo que planeas puede que quede o que no quede, pero si realmente lo piensas, lo único que importa ese día son ustedes, celebrando juntos que se aman y que no pueden esperar a compartir el resto de sus vidas juntos.
Pues así estoy en este momento, nerviosa y feliz. Ansiosa de poder entrar y verlo ahí al final esperándome, y ver su sonrisa que me enamoró desde el primer momento, con la que derrumbó todas mis inseguridades y mi idea de que el amor no existe. Quiero poder tomarlo de la mano y no soltarlo nunca más, frente a todos nuestros amigos y familiares. Decirle "si acepto" con todo el corazón y sentirme la mujer más afortunada del mundo por tenerlo a mi lado.
Ese día es mañana.
No importa cuanto grites al cielo, el destino ahí está. Es cuestión de que tomes las riendas y te atrevas. Yo me atreví y hoy soy la mujer más feliz del mundo.
Y esto es para ti:
Rodrigo, amor de mi vida, mi mejor amigo, mi alma gemela. Le doy gracias a Dios y a la vida por ponernos en el mismo tiempo y en el mismo espacio. No creía en el destino, hasta que me tocó conocerte. Tu me has hecho más fuerte, me has enseñado lo que es ser feliz, ser honesto y ser leal. La escuela no te enseña esas cosas ¿sabes?, el amor si.
No importa cuantas veces me he caído porque tu me levantaste. Caminar a tu lado es la mejor aventura, y se que apenas estamos empezando. Haces que sea la mejor versión de mi todos los días, que me levante por la mañana y de lo mejor de mi en todo. No tengo como agradecer cada detalle, cada risa que me sacas cuando me pongo de gargamel, toda la paciencia, los abrazos, las lagrimas que compartimos. No me da miedo ser quien realmente soy frente a ti, porque me aceptas y me das mi espacio. El respeto que tenemos el uno por el otro es lo que me hace amarte cada día.
Eres un increíble ser humano, un gran hijo y serás un excelente padre. Empezaremos una familia y formaremos a nuestros hijos con todo el amor que sentimos el uno por el otro y con los mejores ejemplos de vida. No prometo cosas que no puedo cumplir, y a ti te prometo hacerte feliz todos los días de mi vida. Gracias Gonzo, por que juntos somos más que lo que podemos ser. Me encanta estar casada contigo, hoy y siempre.
Gracias por dejarme ser, gracias por ser como eres conmigo, por ser tú, pero sobre todo, por ser quienes somos cuando estamos juntos.
And when I see you then I know it will be next to me
And when I need you then I know you will be there with me
I'll never leave you
Just need to get closer, closer
Lean on me now..
Empecemos a soñar.
Te amo, x siempre. ▲△
Jimena
And when I see you then I know it will be next to me
And when I need you then I know you will be there with me
I'll never leave you
Just need to get closer, closer
Lean on me now..
Empecemos a soñar.
Te amo, x siempre. ▲△
Jimena