29 septiembre 2011


Hoy vi por primera vez en vivo a una de las grandes artistas mexicanas que aún quedan: YURI.

Hace tanto que no me sentaba del lado del público a disfrutar de un excelente concierto. Muchos pensarán que es un poco exagerada en su vestir y en su bailar pero shows como el de ella quedan pocos. Con tan solo abrir la boca deja sentado a más de uno. Talento puro es lo que lleva en la sangre y además es jarocha como mi abuela, el paquete completo para que me encante.

La capacidad humana que tiene Yuri es impresionante. Me hizo llorar como hace mucho no lo hacía. La razón: un fan al cual invitó al concierto y le dedicó una canción. ¿Por que llore? Bueno, porque claramente Quique, el fan, sufrió alguna clase de accidente la cual afecto el cerebro y después de mucho esfuerzo y terapia logró asistir al concierto de su artista favorito. Ver una foto de él antes del accidente con ella y verlo en una silla de ruedas con apenas la fuerza de estar ahí realmente te pone a pensar.

Me hizo sentir la peor de las chinches ¿saben por que? me hizo recordar todas las mensadas y pequeñeses por las cuales me preocupo todos los días cuando podría celebrar que estoy viva, sana, con una familia que amo y que me ama y con una vida de lo más feliz. No tendría nada porque quejarme y aún así lo hago.

Una vez más, la vida me abofeteo para darme cuenta que hay cosas más importantes. Que manera de darme cuenta de ello que cantando, sintiendo, viviendo.

¡Todos los días son maravillosos! Debemos celebrarlos más, amar más, vivir más. 

Les dire a los que quiero que los quiero solo porque si, sin razón alguna. Abrazaré más, sonreiré más, sentiré más.

Gracias Quique, así como a Yuri, nos diste una gran lección el día de hoy a las casi 10,000 almas que asistimos al Auditorio Nacional.

Vida solo hay una.  Deja de quejarte y empieza a ocuparte.


¡Gracias carnala por invitarme! ¡TE QUIERO!

Jimena

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